5 minutos después de haber abordado el taxi, simplemente ocurrió.
Ella se me acercó sutilmente para darme un beso, de esos que había estado disfrutando como loco desde hace varios días atrás.
Ella se me acercó sutilmente para darme un beso, de esos que había estado disfrutando como loco desde hace varios días atrás.
De repente paró. Su dulce mirada se había posado sobre mi cabeza. Sonreía como si lo que estaba a punto de decir fuera un increíble aporte para el desarrollo de nuestro universo mágico.
Para mi lo fue.
- Con las luces de la calle, tu cabello se ve igual que bajo las luces del motel.
Era todo.
Esa frase tenía más amor implícito, que cualquier canción jamás escrita, que cualquier poema o que cualquier forma de arte que hubiera sido concebida con ese fin.
El universo explotó. Dentro de ese taxi.
Dentro de mi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario