Nos miran raro.
Creo que nos odian.
Nos miran con asco cuando caminamos dados de la mano.
Se alejan cuando escuchan nuestras conversaciones.
Cuchichean nuestros nombres cuando pasan a un lado de nuestro sendero.
Hasta ven mal la forma en la que hacemos el amor...
Así son, criticones, señaladores.
¡Todos lo son!
Son envidiosos, pues nunca han conocido el amor verdadero.
Les duele en el alma que la vida no les haya enseñado el caminar de las almas amarteladas...
No lo entienden. Por supuesto ¡Que van a entender!
Aún piensan como terrestres. Solo ven lo que sus ojos les obligan.
Nos consideran locos... al menos a mi.
No conciben la idea de que estemos juntos, de que me ayudes a tomar decisiones, de que seas parte de mi vida...
Piensan que es importante que hace mucho tiempo hayas dejado de respirar...
A mi, no me importa. Y sé, que a ti menos...
Déjalos, y sigamos en lo nuestro.
Amor post mortem, pero amor, al fin.
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