jueves, 2 de mayo de 2013

Corazón de melón.

Dulce como una taza de chocolate.
Amargo como el adiós mismo.

¿Acaso se puede empezar una aventura de mejor forma?
Ojos guiñados, suspiros acumulados, sonrisas coquetas, besos robados...

Cuando se está en el fondo del abismo, un ángel viene a darte la mano...
Pero tu no. Eres casi un ángel. 
No me diste la mano, me diste tus labios.

¿Y como no iba a ir directo a tu boca, si tus ojos me hicieron un camino directo?

Aunque te pongas mil disfraces de diferentes colores, tus ojos me habrían dicho que haga lo que tenía que hacer.

Corazón de melón, capucha manchada.

Te soñé mucho antes de conocerte, por eso te vas cada vez que despierto.