martes, 25 de noviembre de 2014

Con la mano cortada.


Bitácora del capitán
Día XXX
Hoy la niña aprendió a bailar bajo la lluvia. Mientras yo me he quedado bajo el paraguas.
El experimento fue un éxito. 
Ahora me lanza lodo desde lejos, me insulta, me desprecia.
Parece que olvidó que hace unos instantes estaba bajo el paraguas.
Conmigo.

Día XX?
Ha cambiado totalmente su comportamiento. Parece que no se ha percatado que no ha dejado de llover desde que se fue.
Ahora a invitado a otros a bailar con ella. Cuando me descubre observándola me ataca y hace que los otros me escupan. Ha borrado totalmente de su memoria todo lo que vivió antes del experimento.
Es triste.

Día X??
He decidido dejar el paraguas. La extraño.
Anoche ella ha venido a buscarme en un sueño. Dentro de la fantasía me he cortado la mano, y la he puesto sobre la suya. Le he prometido nunca más dejarla salir del paraguas. Ella ha hecho lo mismo.
Me he despertado con la mano izquierda ensangrentada.
Por eso he decidido dejar el paraguas, pues, aunque todo sea una mierda, ella es feliz.

Todo se arruinó, todo se mojó.
Pero ella es feliz.
Y con eso me basta por ahora.

Si no vuelvo a reportarme en esta bitácora, me volví uno de ellos.
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Una cosa más. Si la del sueño vuelve por la promesa... En mis sueños mi mano siempre estará cortada para ella. Pues aquí, bajo esta eterna lluvia, por lo visto las heridas cierran demasiado rápido.
Adiós.




miércoles, 28 de mayo de 2014

La pareja del año

Nos miran raro.
Creo que nos odian.
Nos miran con asco cuando caminamos dados de la mano.
Se alejan cuando escuchan nuestras conversaciones.
Cuchichean nuestros nombres cuando pasan a un lado de nuestro sendero.
Hasta ven mal la forma en la que hacemos el amor...
Así son, criticones, señaladores.
¡Todos lo son!

Son envidiosos, pues nunca han conocido el amor verdadero.
Les duele en el alma que la vida no les haya enseñado el caminar de las almas amarteladas...

No lo entienden. Por supuesto ¡Que van a entender!

Aún piensan como terrestres. Solo ven lo que sus ojos les obligan.

Nos consideran locos... al menos a mi.

No conciben la idea de que estemos juntos, de que me ayudes a tomar decisiones, de que seas parte de mi vida...

Piensan que es importante que hace mucho tiempo hayas dejado de respirar...

A mi, no me importa. Y sé, que a ti menos...
Déjalos, y sigamos en lo nuestro.

Amor post mortem, pero amor, al fin.

martes, 25 de marzo de 2014

Adultos

No te odio.
No lo has hecho con mala intención.

Me enseñaste a hablar tu idioma
Aprendí a jugar contigo a pensar exactamente igual

Mientras rompíamos las reglas
Aprendimos caricias nuevas

Escapamos de la ciudad 
Buscando nuestro lugar

Contigo tuve las mejores peleas
Las mas interesantes

Nunca me sentí mejor
Al tener miedo junto a alguien, como lo hice contigo

Logramos reír hasta morir
Y revivir con un beso

Entonces...

Si, soy un necio
Un caprichoso
Un inconforme
Un niño...

Pero ahora, las circunstancias me obligan, a dejar este libro de cuentos atrás.
Ahora soy un adulto. Lo somos.

Tendremos esas conversaciones maduras frente a todos, mientras que al mirarnos a los ojos esos niños querrán salir y fundirse en el abrazo mas pícaro.

Nos sentaremos en lugares diferentes, con personas diferentes, a aceptar como gente grande que ese "te amo" está implícito en el aire.

Seremos ligeramente felices, en la comodidad de nuestros mensajes secretos.
Y, como adultos, nos guardaremos ese dolor abdominal que nos producen los besos externos, ajenos, lejanos...

Así será por nuestros errores.

Mi error fue haberte soltado la mano.

Y tu error, tu único y maldito error, fue, por ese instante, en ese tiempo, hacerme feliz.



jueves, 13 de febrero de 2014

Nuestro problema

En esta historia nunca habremos de alejarnos
Podré morir varias veces
Morirás un par también
Podemos matarnos el uno al otro
Pero jamás podremos alejarnos

Tu y yo tenemos un serio problema de comunicación
Pero se nos pasa quitándonos la ropa

Si lo nuestro se acaba
Será después de que los ríos culminen su ciclo
Pasará después de que el sol deje de salir
Cuando la muerte decida morir
Lo nuestro podrá terminar

Que nuestros cuerpos traduzcan el idioma del alma
Que el tiempo nos deje llorar por la piel

Que cada vez que nazcas yo esté para verte morir
Y que cada vez que desaparezca, sea porque estoy en ti.