martes, 25 de marzo de 2014

Adultos

No te odio.
No lo has hecho con mala intención.

Me enseñaste a hablar tu idioma
Aprendí a jugar contigo a pensar exactamente igual

Mientras rompíamos las reglas
Aprendimos caricias nuevas

Escapamos de la ciudad 
Buscando nuestro lugar

Contigo tuve las mejores peleas
Las mas interesantes

Nunca me sentí mejor
Al tener miedo junto a alguien, como lo hice contigo

Logramos reír hasta morir
Y revivir con un beso

Entonces...

Si, soy un necio
Un caprichoso
Un inconforme
Un niño...

Pero ahora, las circunstancias me obligan, a dejar este libro de cuentos atrás.
Ahora soy un adulto. Lo somos.

Tendremos esas conversaciones maduras frente a todos, mientras que al mirarnos a los ojos esos niños querrán salir y fundirse en el abrazo mas pícaro.

Nos sentaremos en lugares diferentes, con personas diferentes, a aceptar como gente grande que ese "te amo" está implícito en el aire.

Seremos ligeramente felices, en la comodidad de nuestros mensajes secretos.
Y, como adultos, nos guardaremos ese dolor abdominal que nos producen los besos externos, ajenos, lejanos...

Así será por nuestros errores.

Mi error fue haberte soltado la mano.

Y tu error, tu único y maldito error, fue, por ese instante, en ese tiempo, hacerme feliz.



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